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Es que yo tengo una mente positiva. Siempre pienso en positivo, lo hago y no sirve de nada. Me digo cosas positivas cada día y nada cambia. Palabras de una persona nada más empezar una de mis sesiones de coaching. Y pienso: ¿Qué idea tenemos sobre lo que es una mente positiva?..

Aunque lo que más veo es esa especie de manía de «si yo tengo una mente positiva todo me va a funcionar». Como si tuvieras la varita mágica de la hada madrina. Pido y tachan… se me da, sin hacer nada, sin cambiar nada, sin poner foco. Ser optimista y decir cosas optimistas es suficiente para que todo funcione. Cuanto daño ha hecho El Secreto. Y no es que el Secreto diga cosas erróneas, simplemente es que está incompleto.

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La mente positiva

El otro día hice una ponencia sobre pensamiento positivo, explicando algunos tips y consejos para practicar y conseguir ese enfoque optimista. Dejar de centrarnos en la parte negativa y aprender a valorar lo que tenemos. Poner en valor lo que se nos da y aumentar nuestra confianza.

El trabajo de focalizar nuestra mente para que piense en positivo es bueno, necesario y funciona. Una mentalidad positiva consigue sus metas y es más feliz. Sabe dar la mirada necesaria y da motivación.

Aunque como todo en esta vida, no sirve quedarse sólo con la superficie. Allí sólo ves la punta del iceberg. Hay mucho más debajo de esa punta que ves.

La historia de los tres capitanes

Te voy a contar una pequeña historia: Eran tres capitanes que salieron con sus veleros a hacer una regata. Cada uno de ellos con su barco y su tripulación. Salían para emprender su carrera y demostrarse que podían ser los primeros, ganar aquella carrera. En medio del mar, de pronto les alcanzó una fuerte tormenta. Vientos fuertes, oleaje. Los veleros de cada uno de ellos empezaron a moverse fuertemente de un lado a otro, empujados por aquella tormenta repentina.

La historia del primer capitán

Uno de los capitanes exclamó: se va a romper todo, que mala suerte, no teníamos que haber salido, esto es un desastre, suerte si salimos vivos…miraba el cielo, se ponía las manos en la cabeza y mientras por su boca salían improperios y malos presagios seguía sentado sintiendo el viento y viendo como las olas empujaban el velero. Lloraba, berreaba, y soltaba insultos a diestro y siniestro. No sabía lo que tenía que hacer y sólo hacía que culpar a todo aquel que se le ocurría. Daba ordenes contrarias a sus marineros, ahora una cosa, ahora otra y culpándolos a ellos de su mal hacer.

El relato del segundo capitán

El segundo de los capitanes exclamó: tranquilos, todo saldrá bien. La tormenta va a pasar. Después de la tormenta viene la calma. Tu tranquilo. Se decía a si mismo. Vosotros tranquilos les decía a los marineros. Intentaba poner una sonrisa en la cara y le decía al universo:  después viene la calma. Vamos a ganar, llegaremos los primeros. Y él seguía sentado sin hacer absolutamente nada. Para él lo importante era el rumbo, y su convencimiento de que siendo optimista llegaría el primero. Aunque ya se empezaban a oír ruidos extraños alrededor de mástil y la tripulación estaba acojonada.

Lo que vivió el tercer capitán

El tercer capitán ya hacía rato que iba de un lado al otro, había puesto tres rizos en la vela mayor, o sea la había hecho más pequeña. Con tanto viento tener la vela totalmente desplegada era un suicidio. Y estaba observando hacía donde soplaba para decidir qué seguir haciendo. A sus marineros les había ordenado ponerse el arnés por seguridad y él mismo lo llevaba puesto. No paraba de moverse y de dar órdenes para conseguir mejorar la estabilidad del barco. Daba instrucciones precisas a sus marineros transmitiendo calma y seguridad. Sabía que después de la tormenta viene la calma, estaba convencido de lo que hacía y de sus conocimientos. Y de que esa tormenta haciendo lo necesario quedaría en una anécdota que contar en el próximo puerto. Lo de menos ahora es la carrera. Chicas y chicos, le dijo a su tripulación, vamos a por esa tormenta que no es nada con lo que somos nosotros.

¿Sabes como llegó cada uno de ellos a puerto?…

Que pasó con los tres capitanes

Lo que ahora me gustaría contarte no es el final de esta historia, si no como se comportaron cada uno de ellos y que se puede aprender de todo ello.

El primer capitán

El primer capitán es el pesimista, el segundo es el falso optimista y el tercero es el Consciente, con mayúsculas. Y ese sería el titular y la conclusión. Aunque realmente, si miramos detenidamente a los dos, que diferencia de base hay entre el segundo y el tercero.

Los dos son optimistas, saben que después de la tormenta viene la calma, no pierden la compostura. Todo y con esto su actuación es completamente diferente.

Analizando uno a uno: El primero de ellos necesita realmente trabajo para aumentar su confianza. Es pesimista y un inconsciente. Lo has visto claro enseguida.

El segundo capitán

Vamos ahora al segundo. Este cree que sólo con pensar en positivo se arregla todo. Lo importante es ser optimista, independientemente de todo lo que pase a su alrededor, ya que además para él lo realmente importante es la carrera, llegar primero. Aunque sea poniendo vidas en peligro. No lo ve, se niega la realidad. Se autoengaña. Luego cuando se le rompió el mástil y tuvieron que venir a buscarle en su cabeza se decía: es que ser optimista no sirve de nada. No le sé pedir al universo. Es injusto.

El tercer capitán

El tercer capitán conocía sus habilidades y las de su tripulación, conocía su barco y como responde a una tormenta. Era consciente de lo que quería y también de sus valores (aunque quería ganar la carrera, lo primero es la seguridad de todos y pasar ese momento lo mejor posible dadas las circunstancias). Sabía cómo gestionar sus emociones y tenía claro “para que” estaba allí. Quería navegar y disfrutar del mar, del barco, de la naturaleza y de su equipo.

El tercero se adecúa a las circunstancias, revisa sus valores y los pone en el orden que corresponde (primero es la seguridad, luego el juego). El segundo, en cambio, ha perdido realmente el foco, y se ha quedado esperando lo que desea, sin hacer nada por ello.

Como pensar en positivo

Y eso es una mente positiva. Una mentalidad positiva sabe analizar donde está y donde quiere estar. Una mentalidad positiva si va acompañada de Consciencia es la mentalidad ganadora.

Ya que una mente positiva y consciente es una mente que busca soluciones, que sabe enfrentarse a las circunstancias y sacar el mejor partido.

Una mentalidad positiva y Consciente no se engaña, no se miente a si misma. Y sí que lucha, se pone en valor y vive feliz.

Una mente alineada

El pensamiento positivo tiene sentido cuando las cosas están alineadas y cuando tu meta y tus propósitos también lo están. Por lo tanto, sabes y conoces “para qué” quieres las cosas, la intencionalidad de todo ello.

Si no es así, la mentalidad positiva se convierte en un autoengaño, y un generador de culpas fuera. Palabras que oigo muy a menudo: yo pienso en positivo, eso ya lo hago, si yo soy muy optimista. Pero es que nada me pasa como tendría que pasarme. Es muy injusto, todo me pasa a mi.

Tomar consciencia de ti, de lo que eres, de lo que piensas, de tu subconsciente es un trabajo de valientes que no todo el mundo está dispuesto a recorrer. Ya que primero se empieza quitado un montón de pieles de cebollas puestas allí como armadura. Luego sigues escarbando, descubriendo, quitando. Para al final volverte a vestir adecuadamente, diseñas los puentes necesarios y construir tu nuevo tú.

Un nuevo tú con más consciencia, más foco y más responsabilidad. Un nuevo tú que sabe cómo tener una mente positiva

Cómo tener una mente Positiva y Consciente

Como construir esta mentalidad ganadora, positiva y consciente es trabajo de foco y de interiorización. A través de tu propio viaje interior irás descubriendo lo que necesitas para construir esa mentalidad.

1.- Toma de consciencia

Toma consciencia de “para que” estás haciendo lo que haces. Que motivos hay, si está alineado con tus valores, que sentido tiene y en que te conviertes cuando alcances aquello que deseas.

Nuestro tercer capitán supo poner los valores en orden y tomar consciencia de «para que» estaba donde estaba, cuales eran los motivos que le llevaba a estar en medio de esa tormenta que nadie había predecido.

2.- Descubre tus autoengaños

Descubre tus autoengaños. Nuestra mente tiende a mentirnos cuando no le damos lo que espera o cuando piensa que estamos en peligro. Es una cuestión de protección, de sentirnos cómodos en esa realidad. Así es más fácil inventarse una nueva realidad, o echar las culpas fuera que enfrentarse a uno mismo.

Al igual que hizo el segundo, era más fácil culpar a los demás, a la injusticia, al tiempo, a la tripulación, que ver y reconocer los errores que estaba cometiendo y no hacer nada para cambiar. El universo tenía que hacer su trabajo.

3.- Tu viaje interior

Haz tu viaje hacia tu interior, de descubrimiento, de reconocimiento hacia ti, de aprendizaje. Esto te dará el conocimiento necesario de tu situación, de tus habilidades, de  tus emociones y te aportará consciencia, confianza, y fortalecerá tu autoestima.

Reconoce tus valores y alinéate con ellos. Descubre tus creencias y cambia las que te limita. Aprende a gestionar tus emociones.

La mentalidad positiva y consciente es una habilidad necesaria y que forma parte de tu viaje hacia tu descubrimiento. Y descubres lo que realmente es y funciona cuando la pones en valor y en consciencia.

Conclusión

Cómo tener una mente positiva y usarla con consciencia es parte de un proceso de interiorización. En donde a través de este trabajo puedes construir la mentalidad que quieres y alcanzar la vida que deseas.

Te espero en los comentarios, y si te ha gustado compártelo en tus redes 🙂

Un fuerte abrazo

Adriana

Tu Coach en el Mar

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