15.40h del 17 de setiembre de 2018. Un día que va a quedar marcado en nuestro calendario. Un día realmente especial.
¿Te imaginas? Más de un año reformando el barco, momentos de caos total, incluso de desesperación. Momentos en que no sabíamos donde nos iba a llevar toda esa lucha.
Lucha emocional, suave, intensa, constante. Había días que estábamos realmente agotados de todo lo que estábamos viviendo…. Y por fin, sin darnos cuenta… El día llegó. El primer día de nuestro viaje navegando por el mundo
15.40h del 17 de septiembre de 2018. Un velero rojo, totalmente reformado sale de la bocana del puerto de Vilanova, rumbo sur, destino desconocido. Dos locos encima de él, o tal vez, dos cuerdos…Lo que es seguro es que son dos que han decidido su destino, de eso estamos seguros.
Contenido
Nos vamos
La emoción es tal que no sabemos ni como vivirla. De pronto te das cuenta que cuando cumples tu sueño no hay castillos de fuego detrás, ni música de película, ni nadie aplaudiendo. Estás tú, sólo tú, con tus circunstancias, tus vivencias, tus emociones, tu vida, tus sueños, todo metido allí dentro. Dentro de tu cabeza, de tu corazón y de tu alma. Es como una extraña explosión interior en donde no se ve nada más que una simple sonrisa y una frase. Nos vamos, el día llegó….
Los dos encima del barco, sin decir demasiado y mirándonos mucho. Bueno bonita, pensé, es lo que llevas esperando hace meses. O sea que ándale para adelante. Y allí que nos fuimos.
Saliendo de la bocana nos encontramos con el inmenso mar que nos recibió. Era una sensación extraña, hacía dos días habíamos salido a navegar y para nada el mar parecía inmenso. Era otra sensación, todo había cambiado.
Ese día había vientos de 12-15 nudos, son condiciones teóricamente ideales, aunque había mar de fondo que no ayudaba mucho. Podía haber sido mejor para un primer día, “es lo que hay”, así que el capitán decidió ser conservador y no arriesgar en la maniobra.
Enfocados en el barco
Todo es nuevo aunque el barco es viejo de concepción, maniobras difíciles, y casco redondito que balancea muy fácilmente. Si sumas que tenemos muchas cosas que probar, que testar, kilos de cadena en la proa que representan mucho peso, ajustes que aún tenemos que hacer.
Yo me puse al timón y a intentar controlar el balanceo constante del velero. Tenía que pensar en el barco, no había pensamientos para mucho más: rumbo, viento, olas, el Capitán estaba pendiente de cómo se comportaban las velas, que maniobras… había tensión en el ambiente. Tensión emocional, por fin nos vamos. Esto va en serio.
Creo que la naturaleza sintió que le empezábamos a dar demasiadas vueltas a la cabeza.
En el mar hay sitio para pensar si él te deja. Si decide que tienes que estar pendiente de él, es lo que tienes que hacer, la naturaleza es superior, y tú eres parte de ella y tienes que bailar al son de la música que escuchas, disfrutarla, escuchar a las olas y el viento…. O si no puedes cagarla mucho.
Las emociones agotan
Así fue nuestro primer día, estar pendiente del barco, del mar, de sus olas, y también de nosotros. Yo llegué agotada, tantas emociones, olas, viento, libertad, mar, el timón, alegría, la estela de nuestro barco que se perdía, incertidumbre. Al cabo de cuatro horas estaba que me caía. Pues si.
Todo esto te deja para el arrastre, llevábamos días con una extraña sensación en el estómago, una adrenalina inyectada que ahora reposaba. Salía todo el cansancio de golpe. Vaya timonel, pensé con una gran sonrisa. Me sentía agotada y feliz.
Mi capitán me mimó y me cuidó, es un verdadero placer viajar, tener aventuras cuando sabes que tienes un compañero en el que confiar, del que puedes agarrarte de la mano. Muchas veces la verdadera fortaleza es en reconocerte débil. Y es muy fácil hacerlo cuando el otro te apoya en esos momentos. Es una gran suerte. Estuve al timón casi toda la travesía y al llegar me abrazó, me animó, palabras de aliento que las recibes como un bálsamo.
Un camino empieza
La travesía era realmente muy corta en millas, muy larga en significado. Toda una experiencia que nos ha cambiado, ya no somos los mismos. Algo se ha despertado en nuestro interior, aún es pequeño, aunque se percibe, está allí. La semilla de un nuevo cambio transformador, una vida diferente se está acercando. Hasta ahora la intuíamos. Ahora la empezamos a vivir, a disfrutarla.
Hacía apenas un día nos habíamos despedido de amigos y conocidos que hemos hecho y tenemos en Vilanova. Fue una pequeña fiesta genial. Nos despedíamos de un sitio donde era todo conocido, nos habíamos acostumbrado a ello, estábamos en nuestra zona de confort y ahora aparecía un puerto nuevo.
Los primeros días hemos estado en Torredembarra. Sinceramente, un principio de viaje genial. ¡Una buena señal! Qué maravilla. En el puerto nos han tratado fantásticamente bien, Alfred nuestro amigo y jefe de operaciones, Bárbara de administración, Oriol el Capitán del puerto y Ramón el marinero que nos ayudó a amarrar el primer día. Todos nos han hecho ayudado, dado consejos, escuchado.
Es un comienzo de viaje espectacular.
Cuando salimos de Vilanova no teníamos ni idea de donde pararíamos. Era la idea, así que en medio de la travesía llamamos por teléfono. Nos atendió Barbara con mucha amabilidad y decidimos pasar allí la noche, que al final se han convertido en cuatro. Aquí tienes el enlace del puerto por si te decides a conocerlo http://www.port-torredembarra.es/ca/ . Si vas diles que nos conoces, seguro que al menos tendrás una sonrisa extra 😉.
Ya verás cuando entrés que está bien protegido del viento de Levante. Hay dos zonas de duchas, y la verdad es que están bien, limpias y cómodas. El puerto es fácil y tranquilo, sobre todo ahora en septiembre… y como siempre, tomarte una cerveza allí te sale carísimo, buffff aunque siempre vale la pena cuando llegas.
En el puerto tienes lavadora, parquing, el tren allí cerca para hacer turismo y ¡WIFI!!! Oleeee, un wifi que funciona de maravilla. Eso se agradece muchísimo 😉. Complicado encontrar una conexión correcta en los puertos, siempre fallan mucho. Así que Aprovechamos para descansar y también para revisar y limpiar el palo. Aquí me veis subida a él. Me encanta subirme en estos días soleados y tranquilos. Es un verdadero placer.
Un poco de turismo
Hemos aprovechado para hacer un poco de turismo por el pueblo, aunque te recomendaríamos que te acercarás a Tarragona para conocerla. Nosotros ya habíamos estado, así que nos hemos quedado por aquí. Hemos hecho mucha vida de puerto, por la tarde salía a correr y a hacer yoga en la cubierta del barco como hacía en Port Balís hace año y medio. Un verdadero placer.
Vivir tus sueños
Te imaginas como está siendo todo esto. Es un vendaval emocional. Poder visitar miles de puertos, recorrer millas que nos llevarán a otros sitios, fuera de nuestro círculo habitual y que no lo hacemos para volver, lo hacemos para disfrutar del viaje. Para llegar sabios y llenos de experiencias de nuestro particular viaje a Itaca. Exactamente como describe en su poema Kavafis.
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Este es parte del poema…. Hoy me quedo en puertos nunca vistos antes… porqué así ha sido nuestro primer día.
La vida es sólo una y nos la han regalado para disfrutarla. Vívela, disfrútala, exprímela…. Viaja, conoce, arriésgate, déjate fluir… la vida es solo una y nos la han dado para exprimirla.
Un beso muy grande caminante en la mar.
Que los vientos te acompañen
Adriana
Tu coach en el Mar
Los seguiré desde Argentina, les deseo toda la suerte del mundo y buenos vientos. Abrazos
Muchas gracias Agustín!! buenos viento y un fuerte abrazo
Venga, buen viaje!
Gracias Joan!
Un abrazo
hola Adriana..
hermosa tu historia.. esperamos que nos sigas deleitarnos con el día a día de vuestro sueños.
besitos.
Hola Gonzalo!
Muchas gracias por tu comentario. Seguiré escribiendo y me encantará saber que os apetece saber de nuestras aventuras. Besos